Es después de la muerte

 

Ya hay gente que corre en el tiempo,

¡Escuche! que no tiene ningún rostro!

¿Porqué no?... Eternidad no miente:

Hay un destino de todas las otras.

La vida no es un gran color rojo.

Viajo y me convierto en nube.

¡O Dios! Gracias a mi tercer ojo

Miré por atrás del alma que sube.

Hombre que aclara: ¿Ya quién es derecho

O izquierdo? no entiende que nunca

Le llega H[J]omo Sapiens a su lecho

Que ve sus ojos, sus sienes, su nuca.

Mi espacio cambiaba y me rajo

¿En mi mar hay peces amarillos?

¡Cielo! al desaparecer desciendo abajo.

¿Bajaré en ésta roja arcilla?

¡Y mire a las estrellas que brillan!

Tiemblo y tengo un renacimiento.

Que tres dimensiones me acercarían

Al barco de cielo, si mis pensamientos

Se multiplicasen en los millones

En el mecanismo enorme y de mi cabeza,

El verso tendiese miles nociones,

Cada segundo sea mi riqueza.

Hay Más y menos como Dios y diablo,

Si es el mundo de las relaciones.

Hay Nucleones, electrones, sus hablas...

Es la vida humana en dos flores.

 

 

 

 

 

* * *

 

 

¿Como explicar qué es poesía?

Es la voz del sol, apuntó García

Lorca que cantó al mar como si a

su musa que hacía

 

Escribir así en el romancero,

Siglo dime tú: es el verdadero

Dar de ver la luz del gran carretero

que llena un huero

 

Para recordar el renacimiento

de Juan Ruiz y su pensamiento:

divisar el Bien y el pecado viento

en que a veces miento.

 

Oh Horácio, sílaba nacida

En los versos de una corta vida

Sapo lo pasó , nuestra voz herida

que sufre, nos ve y da:

 

La capacidad de los dos milenios

Que nos dice en todos los sueños.

Que lo siente y no es de los genios,

de Flaco en los reinos.

 

 

 

 

Nueva noción «Homo soviéticus»

 

Entendió la juventud postcomunista que todo el mundo roba

Aquí está prisionera de las sogas sucias de su loca pobreza.

Un Gran Comunista que era el ladrón principal, sólo cobra

El dinero de mierda para el tiempo que nunca regresa.

 

El día de hoy los sacrificios y los verdugos viven juntos,

Sus conciencias son las voces culpables de nuestra historia

Que han recordado los ojos amarillos de algunos tontos asuntos

En un gran grito terrible de muerte, cifra, voz y memoria.

 

Pero cada día hará falta tocar en cualquier puerta abierta

Como será posible encontrar una absoluta felicidad,

Como en las selvas buscar la única senda cierta,

Como del lobo esperar su grandísima amistad.

 

Cada noche el lobo mojado cantará en nuestro camino

Como el pueblo soviético murmurará que quiere vivir,

Al mismo tiempo su radiación alertará su pobre sino:

 

«Quod nocet, docet», clamatur solus nostrus vir,

(«Quien roba, da», os grita solo nuestro hombre,)

 

¿Por qué del desierto el pecador vino?

¡O espejo! ¿Y ya a dónde se va su destino?