Esperanza.
Desilusión. Cuatro
sufrimientos imaginan y miran al espejo de mis lágrimas. Ya cuatro
paredes me hundieron en el río de un sueño. ¡Calla
una dicha de mi alma en el sino extraño y pequeño! Que al
estar durmiendo nunca se despierta, jamàs. ¡O
tú! rosa línea del horizonte preguntas con paz: «¿Desde tu ventana abierta ves tu nube trigueña?» La lluvia
amarilla de noviembre dijo: «Así te enseño ¿No
viste un círculo rojo y doce puntos blancos? los que tú amas». * * * ¿Porqué
cualquier caso depende de
la loca dicha que
pasa? El alba es cada
celeste infancia ¡O gris Mundo Universal! El
día es mi
juventud en el lago profundo de
un país oriental. La tarde es
un secreto lo que ¡ya voz no abras! para
dos amados. Cada noche
llega el
pensamiento de antiguas palabras olvidadas El
día es
la nube oscura. La noche es
la pintura de la vida dura. * * * ¿Quién
arrastra en el feo desierto de los muertos mares Los que
riñe y los que alaba al mismo tiempo? En las
ruinas de su idólatra hará nieve. Es el
gentío hambriento que aullará sus ideas vulgares. |
Y que cosa
baja de su estrella? La que él ve Durante la
instantánea eternidad. Ya al estar
esperado un contacto extraño, Los
vagabundos hablan: «¡Ars
longa, vita brevis est!» En su
esperanza. Gracias a las rojas hazañas Que sean
las hilas de su civilización Ese
progreso desnudo de la vida es La
transformación de esos ángeles en las arañas. El
otoño El
otoño es
el fin de mi flor. En el
otoño hay
cielo sin estrellas. El
otoño es
mi humor. En el
otoño llueve ya. En el
otoño hay
amarillo paisaje. El
otoño es
un señor añejo. O
otoño, buen
viaje... ¡Otoño!
¿y para qué te quejas? |